6 may 2014

Operación retorno: diáspora e internacionalización universitaria en América Latina

Hay noticias que parecen no tener mucha trascendencia pero que cuando leemos con detenimiento nos hacen reflexionar y percatarnos del alcance e impacto que verdaderamente tienen al situarlas en su contexto. De alguna forma, eso es justamente lo que me ha sucedido con la noticia que me ha animado a escribir esta breve entrada en el blog,  que como se indica en el título está relacionada con el regreso o el interés en retornar a sus países de origen de cientos de profesionales latinoamericanos, muchos de los cuales podrían recalar en instituciones universitarias para reforzar los ecosistemas de educación superior de la región.

La noticia en cuestión, de la que se hicieron eco varios medios de prensa en Colombia, está relacionada con la convocatoria “Es tiempo de volver” del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias) que constituye una iniciativa del Gobierno de Colombia para facilitar el retorno y reinserción en el país de investigadores, científicos y profesionales con altos niveles de formación residentes en el extranjero y que estén interesados en regresar a Colombia para trabajar en proyectos de investigación o desarrollar estudios a nivel de postdoctorado. Según las fuentes citadas de Colciencias, en esta primera convocatoria se recibieron más de diez mil solicitudes de las cuales novecientas provenían de doctores en ciencia y el resto de investigadores que poseen grado de maestría y están dedicados a actividades de carácter científica.

Las mismas fuentes señalan que en esta primera convocatoria serán seleccionados doscientos doctores que recibirán financiamiento de Colciencias y contarán también con el apoyo de empresas públicas y privadas para trabajar en proyectos de interés nacional en universidades, centros de investigación y en sectores priorizados del tejido empresarial nacional en lo que constituye una apuesta importante de Colombia por impulsar una economía con un mayor peso de la innovación y el conocimiento científico y tecnológico.

Otros países de la región, especialmente aquellos que han disfrutado de una economía más saludable en el último decenio, han comenzado también a realizar esfuerzos por recuperar y atraer a los profesionales que tienen desperdigados en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, la Unión Europea y otros países latinoamericanos. Uno de los programas más conocidos con este objetivo en los últimos años es el Proyecto Prometeo de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno de Ecuador que no sólo ha buscado atraer a sus nacionales sino que ha extendido el programa para permitir la contratación por universidades y centros de investigación de profesionales extranjeros interesados en vincularse a proyectos de investigación priorizados para el país, fortaleciendo así la docencia, investigación y transferencia de conocimientos en sus instituciones de educación superior.


Este tipo de programas e iniciativas gubernamentales o apoyadas por instancias del gobierno tienen un valor estratégico trascendental que va más allá del mensaje positivo que proporcionan y del signo de recuperación económica que muestran. Estos constituyen eficientes acciones de internacionalización que pueden convertirse en catalizadoras de importantes transformaciones culturales en los ecosistemas nacionales de educación superior ya que atraer a profesores e investigadores talentosos residentes en el extranjero conduce de inmediato al reforzamiento de la calidad del claustro docente y científico y abre un enorme número de oportunidades para las universidades. En el ámbito internacional son notorias las experiencias positivas y el impacto que estas acciones han tenido en universidades de China, India, Israel o Sudáfrica, por citar los casos más reconocidos.

El estudio de estos casos muestra que la incorporación de estos profesionales que han trabajado durante largos períodos en el extranjero es una inyección de vitalidad en la dinámica del trabajo de las universidades, en las que su incorporación no solo aporta otros prismas y culturas de gestión sino también la posibilidad de diversificar y mejorar el trabajo en todas las actividades sustantivas. En materia de docencia por ejemplo, estos pueden convertirse en promotores de programas de estudio de pregrado y postgrado con mayores niveles de actualización y adecuación y muchos de ellos tendrán la capacidad de impartir esos cursos en inglés u otras lenguas extranjeras lo que aumentaría de inmediato el abanico de opciones para que la institución resulte más atractiva para estudiantes extranjeros.  En el caso de la gestión de ciencia y tecnología, el aporte de estos profesionales también podría ser considerable en lo que respecta a consolidar los grupos y centros de investigación, impulsar nuevas investigaciones en temas y sectores de especial interés, ampliar y diversificar las líneas de investigación, aumentar el número de publicaciones en revistas científicas de impacto o en fomentar una cultura de interacción con el tejido empresarial que ellos ya han asumido como natural y de la que se adolece en una buena parte de las instituciones universitarias de la región.

A todo esto habría que acrecentar un elemento a que mi entender no resulta menos valioso desde el punto de vista estratégico. De hecho, considero que tal vez a los efectos de los procesos de internacionalización tanto valor como el conocimiento y la experiencia que van a aportar, tenga el invaluable patrimonio que estos profesionales atesoran como consecuencia de sus contactos y vínculos de trabajo con académicos, científicos, empresarios y otros actores clave y que han sido cultivados durante sus vidas laborales en el exterior. De hecho, si estos contactos fuesen adecuadamente gestionados por la institución que los asimila se podrían convertir en activos de primerísimo orden para la proyección internacional institucional y en base para el establecimiento de fructíferas asociaciones y alianzas con entidades universitarias, científicas y empresariales de los principales países desarrollados.

La atracción del talento es una cualidad inherente a las instituciones de excelencia en materia de internacionalización universitaria. No hay ninguna institución que se distinga por la dimensión internacional de su trabajo que no exhiba una alta capacidad para atraer a profesores, investigadores y estudiantes de cualquier región del mundo. En este aspecto América Latina marcha en la zaga pero dispone de un escenario que no es adverso para acortar la brecha que separa a sus instituciones de las de otras regiones. Todos los esfuerzos que se hagan por intentar recuperar al capital humano en el extranjero a través de políticas de incentivos que garanticen buenas condiciones de remuneración y empleo, así como adecuadas infraestructuras para el desarrollo de actividades profesionales son bienvenidos.

La gestión de la diáspora puede convertirse en una herramienta poderosa en manos de los gobiernos y las instituciones. Cada profesional que regresa puede ser un pequeño imán que atrae consigo otros cuerpos de interés para las estrategias de desarrollo pero este esfuerzo resulta estéril y poco productivo si no responde a una política coherente y armónica de las instituciones y países. Cuando se da esta condición estamos atrayendo muchos pequeños imanes que formarán un enorme y poderoso campo magnético que tendrá la capacidad de de servir de agente catalizador de los cambios que tanto necesita la educación superior latinoamericana. Ese es el detalle relevante en la noticia que he querido destacar en esta reflexión. Ojalá que experiencias como esta se repliquen por el bienestar de la educación superior latinoamericana.

2 comentarios:

  1. Estimado Carlos, gracias por compartirnos este excelente artículo. Creo que estas políticas de "repatriación" son indispensables para avanzar el estado de la investigación e innovación en la región latinoamericana. He participado en los últimos 5 años en el tema de la educación superior en ingeniería en Latinoamérica, y he tenido la oportunidad de compartir con estudiantes que han obtenido sus doctorados en USA, y que ahora están aportando muchas cosas buenas en sus países de origen. El talento local existe, pero esa infusión de ideas transculturales es muy importante en transformar o actualizar paradigmas.

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  2. También me pareció muy atractiva la campaña colombiana y los resultados que comentas son mejores, solo habría que tener presente que no basta con atraerlos sino retenerlos y ello requiere de un trabajo consistente en el tiempo y en el contexto social, económico y político. De otra forma se habrá botado una oportunidad dorada.
    Gracias por tus comunicados, Carlos.

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