Hay noticias
que parecen no tener mucha trascendencia pero que cuando leemos con
detenimiento nos hacen reflexionar y percatarnos del alcance e impacto que
verdaderamente tienen al situarlas en su contexto. De alguna forma, eso es
justamente lo que me ha sucedido con la noticia que me ha animado a escribir
esta breve entrada en el blog, que como
se indica en el título está relacionada con el regreso o el interés en retornar
a sus países de origen de cientos de profesionales latinoamericanos, muchos de
los cuales podrían recalar en instituciones universitarias para reforzar los
ecosistemas de educación superior de la región.
La noticia en
cuestión, de la que se hicieron eco varios medios de prensa en Colombia, está
relacionada con la convocatoria “Es tiempo de volver” del Departamento Administrativo de Ciencia,
Tecnología e Innovación (Colciencias) que constituye una iniciativa del
Gobierno de Colombia para facilitar el retorno y reinserción en el país de
investigadores, científicos y profesionales con altos niveles de formación residentes
en el extranjero y que estén interesados en regresar a Colombia para trabajar
en proyectos de investigación o desarrollar estudios a nivel de postdoctorado.
Según las fuentes citadas de Colciencias, en esta primera convocatoria se
recibieron más de diez mil solicitudes de las cuales novecientas provenían de
doctores en ciencia y el resto de investigadores que poseen grado de maestría y
están dedicados a actividades de carácter científica.
Las mismas fuentes señalan que en esta primera
convocatoria serán seleccionados doscientos doctores que recibirán
financiamiento de Colciencias y contarán también con el apoyo de empresas
públicas y privadas para trabajar en proyectos de interés nacional en
universidades, centros de investigación y en sectores priorizados del tejido
empresarial nacional en lo que constituye una apuesta importante de Colombia
por impulsar una economía con un mayor peso de la innovación y el conocimiento
científico y tecnológico.
Otros países
de la región, especialmente aquellos que han disfrutado de una economía más
saludable en el último decenio, han comenzado también a realizar esfuerzos por
recuperar y atraer a los profesionales que tienen desperdigados en el
extranjero, especialmente en Estados Unidos, la Unión Europea y otros países
latinoamericanos. Uno de los programas más conocidos con este objetivo en los
últimos años es el Proyecto Prometeo de la Secretaría de Educación Superior,
Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno de Ecuador que no sólo ha buscado
atraer a sus nacionales sino que ha extendido el programa para permitir la
contratación por universidades y centros de investigación de profesionales
extranjeros interesados en vincularse a proyectos de investigación priorizados
para el país, fortaleciendo así la docencia, investigación y transferencia de
conocimientos en sus instituciones de educación superior.
Este tipo de
programas e iniciativas gubernamentales o apoyadas por instancias del gobierno
tienen un valor estratégico trascendental que va más allá del mensaje positivo
que proporcionan y del signo de recuperación económica que muestran. Estos
constituyen eficientes acciones de internacionalización que pueden convertirse
en catalizadoras de importantes transformaciones culturales en los ecosistemas
nacionales de educación superior ya que atraer a profesores e investigadores
talentosos residentes en el extranjero conduce de inmediato al reforzamiento de
la calidad del claustro docente y científico y abre un enorme número de oportunidades
para las universidades. En el ámbito internacional son notorias las
experiencias positivas y el impacto que estas acciones han tenido en
universidades de China, India, Israel o Sudáfrica, por citar los casos más
reconocidos.
El estudio de
estos casos muestra que la incorporación de estos profesionales que han
trabajado durante largos períodos en el extranjero es una inyección de
vitalidad en la dinámica del trabajo de las universidades, en las que su
incorporación no solo aporta otros prismas y culturas de gestión sino también
la posibilidad de diversificar y mejorar el trabajo en todas las actividades
sustantivas. En materia de docencia por ejemplo, estos pueden convertirse en
promotores de programas de estudio de pregrado y postgrado con mayores niveles
de actualización y adecuación y muchos de ellos tendrán la capacidad de
impartir esos cursos en inglés u otras lenguas extranjeras lo que aumentaría de
inmediato el abanico de opciones para que la institución resulte más atractiva
para estudiantes extranjeros. En el caso
de la gestión de ciencia y tecnología, el aporte de estos profesionales también
podría ser considerable en lo que respecta a consolidar los grupos y centros de
investigación, impulsar nuevas investigaciones en temas y sectores de especial
interés, ampliar y diversificar las líneas de investigación, aumentar el número
de publicaciones en revistas científicas de impacto o en fomentar una cultura
de interacción con el tejido empresarial que ellos ya han asumido como natural
y de la que se adolece en una buena parte de las instituciones universitarias
de la región.
A todo esto
habría que acrecentar un elemento a que mi entender no resulta menos valioso desde
el punto de vista estratégico. De hecho, considero que tal vez a los efectos de
los procesos de internacionalización tanto valor como el conocimiento y la
experiencia que van a aportar, tenga el invaluable patrimonio que estos
profesionales atesoran como consecuencia de sus contactos y vínculos de trabajo
con académicos, científicos, empresarios y otros actores clave y que han sido cultivados
durante sus vidas laborales en el exterior. De hecho, si estos contactos fuesen
adecuadamente gestionados por la institución que los asimila se podrían
convertir en activos de primerísimo orden para la proyección internacional institucional
y en base para el establecimiento de fructíferas asociaciones y alianzas con
entidades universitarias, científicas y empresariales de los principales países
desarrollados.
La atracción
del talento es una cualidad inherente a las instituciones de excelencia en
materia de internacionalización universitaria. No hay ninguna institución que
se distinga por la dimensión internacional de su trabajo que no exhiba una alta
capacidad para atraer a profesores, investigadores y estudiantes de cualquier
región del mundo. En este aspecto América Latina marcha en la zaga pero dispone
de un escenario que no es adverso para acortar la brecha que separa a sus
instituciones de las de otras regiones. Todos los esfuerzos que se hagan por intentar
recuperar al capital humano en el extranjero a través de políticas de
incentivos que garanticen buenas condiciones de remuneración y empleo, así como
adecuadas infraestructuras para el desarrollo de actividades profesionales son
bienvenidos.
La gestión de
la diáspora puede convertirse en una herramienta poderosa en manos de los gobiernos
y las instituciones. Cada profesional que regresa puede ser un pequeño imán que
atrae consigo otros cuerpos de interés para las estrategias de desarrollo pero
este esfuerzo resulta estéril y poco productivo si no responde a una política
coherente y armónica de las instituciones y países. Cuando se da esta condición
estamos atrayendo muchos pequeños imanes que formarán un enorme y poderoso campo
magnético que tendrá la capacidad de de servir de agente catalizador de los
cambios que tanto necesita la educación superior latinoamericana. Ese es el
detalle relevante en la noticia que he querido destacar en esta reflexión.
Ojalá que experiencias como esta se repliquen por el bienestar de la educación
superior latinoamericana.
Estimado Carlos, gracias por compartirnos este excelente artículo. Creo que estas políticas de "repatriación" son indispensables para avanzar el estado de la investigación e innovación en la región latinoamericana. He participado en los últimos 5 años en el tema de la educación superior en ingeniería en Latinoamérica, y he tenido la oportunidad de compartir con estudiantes que han obtenido sus doctorados en USA, y que ahora están aportando muchas cosas buenas en sus países de origen. El talento local existe, pero esa infusión de ideas transculturales es muy importante en transformar o actualizar paradigmas.
ResponderEliminarTambién me pareció muy atractiva la campaña colombiana y los resultados que comentas son mejores, solo habría que tener presente que no basta con atraerlos sino retenerlos y ello requiere de un trabajo consistente en el tiempo y en el contexto social, económico y político. De otra forma se habrá botado una oportunidad dorada.
ResponderEliminarGracias por tus comunicados, Carlos.